El rol docente desde la perspectiva epistemológica


En un primer momento, el docente que aprende, sólo lo hace de la manera a cómo se le ha enseñado, luego puede reorientar y reorganizar lo aprendido con la ayuda de la epistemología, añadiendo nuevos métodos que él mismo puede desarrollar de una manera óptima.

Cuando la formación de docentes se convierte en objeto de estudio podemos ver caminos complejos de pensamiento y acción. Las dificultades que se presentan en el aprendizaje del conocimiento científico a nivel de la persona que aprende, son un reflejo de los problemas que se presentan a nivel de la persona que enseña, transferidos de uno a otro en las diferentes etapas del proceso educativo. Por eso una de las soluciones al problema complejo de la enseñanza del conocimiento científico y de la formación de competencias científicas es la epistemología misma, ya que ésta provee nuevos recursos teóricos que permiten una reinterpretación del sentido de los inconvenientes en la formación. (La formación del docente. IDA C. GODOROKIN. Instituto de Formación Docente Continua San Luis. Escuela Normal Juan Pascual Pringles de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina, página 1).

Y es que existen docentes que aún se aferran a lo tradicional, docentes con miedo a los cambios tecnológicos que hoy en día forman parte de nuestra vida. Uno de esos cambios, es la clase virtual, pues todavía existen docentes que se encuentran lejos de poder manejar las nuevas herramientas de enseñanza, porque para ellos, las clases en un salón son más productivas.

Los problemas que emergen en los procesos de formación son resultantes de los modos específicos de producción, distribución y consumo de los conocimientos en nuestro país, y devienen, de obstáculos pedagógicos y epistemológicos inconscientes de los propios sujetos enseñantes, referentes a sus supuestos acerca del saber y de su propia práctica que provocan resistencia al cambio o asimilación mecánica a viejos modelos. (La formación del docente. IDA C. GODOROKIN. Instituto de Formación Docente Continua San Luis. Escuela Normal Juan Pascual Pringles de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina, página 2).

Cada docente como cualquier persona, es un mundo diferente, cada uno tiene fortalezas y debilidades que otros no poseen; por tanto el docente, debe reforzar esas debilidades hasta convertirlas en fortalezas, para que el alumno reciba la mejor versión de él.

La formación docente puede comprenderse como un proceso en el que se articulan prácticas de enseñanza y de aprendizaje orientadas a la configuración de sujetos docentes/enseñantes. La práctica docente se concibe en un doble sentido: como práctica de enseñanza, propia de cualquier proceso formativo y como apropiación del oficio de docente, cómo iniciarse, perfeccionarse y/o actualizarse en la práctica de enseñar. (La formación del docente. IDA C. GODOROKIN. Instituto de Formación Docente Continua San Luis. Escuela Normal Juan Pascual Pringles de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina, página 2).

Un docente que se considera uno más del montón y sigue sistemáticamente métodos anticuados sin la capacidad de innovar, o reinventarse, seguirá siendo un docente tradicional. El maestro debe saber que no todo está escrito, no todo es como se lo han impuesto, tiene que estar dispuesto a hacer un cambio para así ir mejorando aprendizajes que beneficien a sus estudiantes.

La formación de docentes debe procurar la formación de sujetos competentes. El punto de vista desde el cual el docente entiende la educación y su entorno problemático, es determinante de prácticas docentes. El docente es como un peón en un tablero de ajedrez, si éste no está consciente de su capacidad de jaquear al rey, no lo hace. De igual manera, un docente que se configura como peón de la cultura se convierte en un sujeto que no domina estrategias de conocimiento, aunque en el terreno pragmático pueda aparentemente resolver situaciones concretas. Así, el docente peón de cultura no logra acceder él mismo ni conducir a sus alumnos a la raíz de la problemática de su campo. En realidad está “condenado” a no enseñar más que lo que le enseñaron y de la misma forma en la que lo hicieron. (La formación del docente. IDA C. GODOROKIN. Instituto de Formación Docente Continua San Luis. Escuela Normal Juan Pascual Pringles de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina, página 3).

Luego de esto, el docente deberá elegir con cuidado los temas a enseñar, pues en algunas escuelas aún piensan que enseñar bien, es llenar de una infinidad de conocimientos al estudiante. Hoy en día, el estudiante tiene otro perfil, los que antes eran receptores pasivos, se han convertido en personas escépticas, pues cuestionan todo lo que pasa a su alrededor. Por eso no es nada sorpresivo escuchar en clase, ¿profesor, y este tema, para qué me sirve en la vida?

El acto educativo constituye una acción de intervención, en el que la enseñanza entendida como acción y materializada en la práctica docente es una acción estratégica que pone en juego lo que la escuela y el docente consideran como contenido necesario para el alumno. (La formación del docente. IDA C. GODOROKIN. Instituto de Formación Docente Continua San Luis. Escuela Normal Juan Pascual Pringles de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina, página 3).

Los docentes de antaño, remontándonos a los años 80, del siglo pasado, tenían una relación casi militar (por así decirlo) con los estudiantes, y es que no se le podía refutar nada al maestro, era una relación en el que el maestro daba indicaciones y el alumno solo obedecía. Hoy, en mi opinión, la relación es más horizontal, un docente se debe relacionar con el alumno de tal manera que identifique momentos en el que el estudiante esté pasando por problemas familiares o de otra índole pues se ve reflejado en sus bajas calificaciones. 

Así, el vínculo que el docente establece con los alumnos para relacionarlos con el conocimiento revela sus lazos personales con el saber que enseña.  Debe decidir qué saberes identificar, y considerar la distancia que éstos presentan con los conocimientos de los alumnos.  La enseñanza se concibe así como acto de comunicación específica, un proceso social que depende de los conocimientos, actitudes e intereses sociales, no sólo del conocimiento y habilidades científicas. Pensar en la acción docente desde este paradigma implica “olvidarse” de viejas concepciones de enseñanza. El docente no “trasmite” el conocimiento, sino que lo comunica intencionalmente. Las características que le otorgue a la comunicación dependerán de su propia concepción del saber, reflejándose en la modalidad de enseñanza, en la clase de contenidos que escoge y en el tipo de relaciones entre los mismos que privilegie. (La formación del docente. IDA C. GODOROKIN. Instituto de Formación Docente Continua San Luis. Escuela Normal Juan Pascual Pringles de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina, página 4).

El maestro dentro y fuera del aula debe ser ejemplo, tanto ética como moralmente, pues el estudiante no solo absorbe conocimientos sino también comportamientos. De nada sirve ser el mejor docente y explicar bien tus clases, si eres poco tolerante a las preguntas o tienes actitudes negativas dentro de la institución. Por ejemplo, cuando estudiada en la universidad, tenía un maestro que era el docente casi perfecto, hacía amena sus clases y mejor aún se dejaba entender, pero cada quince minutos salía del aula para fumarse un cigarro, su ansiedad no la podía controlar.

La formación docente es más que una sumatoria de conocimientos adquirida por el alumno ya que estructura representaciones, identificaciones, métodos y actitudes e impacta en el sujeto en formación en el plano cognoscitivo, y en lo socio-afectivo, conformando cambios cualitativos más o menos profundos. (La formación del docente. IDA C. GODOROKIN. Instituto de Formación Docente Continua San Luis. Escuela Normal Juan Pascual Pringles de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina, página 4).

El docente debe entender que el modelo educativo va ir evolucionando con el paso del tiempo, las tradiciones en cada país y en cada período van a ir cambiando, y uno como maestro, debe acoplarse lo más rápido posible a esos cambios.

El modelo compartido por una comunidad determinada se convierte en matriz disciplinaria que forja tradiciones que proporcionan modelos explicativos, reflejados en las tradiciones didácticas en las que se inscriben las prácticas docentes. Cada época histórica, cada corriente de pensamiento se ha caracterizado por una visión particular sobre el conocimiento, que a la vez implica la existencia de una serie de criterios admitidos socio-culturalmente. (La formación del docente. IDA C. GODOROKIN. Instituto de Formación Docente Continua San Luis. Escuela Normal Juan Pascual Pringles de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina, página 4).



Conclusión: 

Se deben formar docentes que dominen, en primer lugar, lo que están enseñando, pero lo más importante, formar docentes para que elijan qué es lo que se va enseñar. Aquí, el problema es que en las escuelas piensan que enseñar bien, es acumular todos los conocimientos posibles en el estudiante, cuando en realidad, enseñar bien, en mi opinión, es enseñar saberes que realmente te sirvan para la vida. Aquí es importante la epistemología, ya que si el maestro está consciente que algo no anda bien  respecto a sus métodos de enseñanza, puede reformular su práctica. 

Es importante destacar que la epistemología será transmitida por el docente a sus alumnos de acuerdo a como la haya desarrollado, es decir, el maestro determina qué y cómo aprenderán los estudiantes un saber determinado. Por ejemplo, para un maestro de matemática, el enseñar un sistema de ecuaciones es explicarles a los estudiantes que existen 4 métodos para resolverlo: por "reducción", "igualación", "sustitución" y por Cramer. Para el maestro el manejo de matrices debería ser sencillo, por lo que el uso de Cramer sería frecuente al momento de explicar la clase, el problema es que el docente debe saber que cada estudiante es un mundo diferente, cada uno tiene sus propias destrezas, por lo que para algunos se les haría difícil aprenderlo. Por lo que en una evaluación el error común del maestro es hacer una pregunta utilizando un método específico, cuando se debería preguntar por el método que más dominen.

John Dewey: "Se quiere enseñar al joven de hoy, con métodos del ayer para prepararlos para el mañana". 




Bibliografía:

La formación del docente y su relación con la epistemología. IDA C. GORODOKIN Instituto de Formación Docente Continua San Luis. Escuela Normal Juan Pascual Pringles de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina.

https://rieoei.org/historico/deloslectores/1164Gorodokin.pdf

RELACIÓN DE LA EPISTEMOLOGÍA CON LA FORMACIÓN DOCENTE Y LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA. FRANCISCA VILLA CASTILLO Alumna de la Maestría en Educación Basada en Competencias.

http://www.formaciondocente.com.mx/PublicacionesPedagogicas/Articulos/Relacion%20de%20la%20Epistemologia%20con%20la%20Formacion%20Docente.pdf





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